Punto de Vigilancia 417

417 – VIGILA que comprenda la razón de estar ausente del cuerpo y presente con el Señor. Si un gánster quisiera meter una bomba en la casa de un hombre, podría ponerla en manos del hijo de este último; luego asustaría al niño, y entraría corriendo a la casa con la bomba.

Cuando la mente mortal se apodera de una imagen mental que la asusta, inmediatamente corre con ella al interior del cuerpo. Si, cuando se asustó de esta manera, corriera y se mezclara con Dios, perdería su miedo y no se produciría ningún daño.

La mente mortal y el cuerpo mortal son como una cerilla y papel de lija. Cuando nuestro pensamiento va hacia Dios y sale hacia la humanidad, en lugar de entrar en el cuerpo, no nos angustiamos por los síntomas, porque estamos haciendo la obra de Dios, por lo que no se enciende ninguna enfermedad. En Ciencia y Salud leemos: “Debemos olvidar nuestros cuerpos al recordar el bien y la raza humana” (261: 31).

Hacemos que la mente mortal sea inofensiva cuando la mantenemos ocupada con los asuntos de Dios, para que no tenga tiempo de traspasar las premisas prohibidas llamadas cuerpo. Como estos se mantienen separados, los primeros no pueden causar problemas a los segundos, aunque en definición son uno.