Punto De Vigilancia 6 |

Punto De Vigilancia 6

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6 – VIGILA para que la antigua enseñanza y entrenamiento teológico en cuanto a lo que constituye pecado, no te eviten de darte cuenta de que fundamentalmente el pecado es causa, en lugar de efecto. Pensando mal en lugar de actuando mal. El pecado primario es en contra del Espíritu Santo, o en contra de lo que une al hombre con su Hacedor. Lo que el mundo llama pecado es el resultado exterior de esta creencia fundamental, o el error de cediendo al mesmerismo.

– Lo que el mundo llama pecado no aparta al hombre de Dios tan efectivamente como lo que el mundo llama bondad, que es en gran parte la superioridad moral. Cuando un mortal encuentra que sus acciones son pecaminosas, es apto a sentirse insatisfecho con el mismo y con la existencia material, por lo que anhela a Dios; mientras que el presumido seguidor de credos y doctrinas siente muy poca hambre espiritual, o insatisfacción con la materia. Concluimos, por lo tanto, que la superioridad moral es el estado de pensamiento más peligroso en lo que respecta al crecimiento espiritual. Nadie come hasta que no tenga hambre. Por consiguiente, la actitud de los arrogantes escribas y Fariseos de hoy excluye cualquier hambre espiritual definitiva, lo cual causa al hombre mortal esforzarse por comprender lo divino.

– La superioridad moral puede ser llamada el pecado en contra del Espíritu Santo, dado que es un pecado en contra de la naturaleza espiritual del hombre, y es mucho más serio que esos pecados en contra de la sociedad, por lo cual la mente mortal ha decretado castigo. El pecado más peligroso desde el punto de vista de Dios debe ser aquello que atienta al hombre para estar satisfecho y sentirse seguro separado de Dios.

– Se informa que la Sra. Eddy una vez declaró que ella preferiría tener un miembro de la iglesia con quien trabajar que era cuarenta por ciento bueno, que noventa y cinco por ciento bueno. Tal declaración sería anómala al menos que lo interpretamos a significar como el bien humano. En realidad, la Sra. Eddy solo estaba poniendo en sus propias palabras lo que decía el Maestro, “No he venido a llamar a justos, sino a los pecadores al arrepentimiento”.

– Lo humano finalmente debe ser eliminado, aunque parece bueno o malo. Cuanto mayor sea el porcentaje que consideramos malo, mayor será el esfuerzo que haremos para tirarlo; de ahí, somos lo menos de un pecador ante los ojos de Dios, ya que para Él el pecado es creyendo en y aferrándose a lo humano. El joven rico quien vino donde Jesús fue un ejemplo de uno que la Sra. Eddy habría llamado noventa y cinco por ciento bueno. El estaba triste cuando el Maestro le dijo que debe deshacerse de todo lo que poseía, no importa que tan bueno le pareció ser. Si hubiera poseído menos tesoro en lo humano, o materia, él no hubiera estado tan triste. Así, su creencia en el bien humano era un pecado en contra el Espíritu Santo.

– El hijo pródigo era quizás el cuarenta por ciento bueno, en contraste con el noventa y cinco por ciento bueno de su hermano mayor. ¡sin embargo he aquí la actitud de este último cuando el pródigo regresó! Él mala-practicó en él, estaba celoso de la manera cómo él fue recibió, y actuó como si deseo que su hermano nunca hubiera sido redimido; cuando como una cuestión de hecho, la experiencia de Egipto fue el proceso necesario a través del cual el pródigo aprendió la inutilidad y la nada de toda materialidad. Desde que nada con respecto a la pretensión del mal podría ser aprendido en la casa del Padre, y este conocimiento fue necesario con el fin de ayudar a la pobre humanidad, tuvo que ser aprendido en Egipto. Entonces cuando el pródigo regresó, él estaba listo para estar unido al propósito de su Padre y trabajar con Él en redimiendo a la humanidad. El Padre y hijo trabajando juntos simbolizaría la Ciencia divina y la Ciencia Cristiana, una, la verdad en el cielo, y la otra, la verdad traída a la tierra. Ver Ciencia y Salud, 471:29.

– La Sra. Eddy tuvo muchas experiencias con los hermanos ancianos en la obra de su iglesia. Ella sabía que ellos hacen la mayor parte del problema. Muchas veces los vio intentar arrojar de vuelta a la corriente de la mente mortal esos nadadores valientes luchando para llegar a la orilla, – probablemente los mismos que ella estaba tratando de salvar. ¿Quién puede culparla por exclamar contra este más atroz de todos los pecados, específicamente, la creencia en el bien humano – cuándo la única bondad verdadera es divina?