Punto de Vigilancia 191

191 – VIGILA no sea que deje de seguir la amonestación de San Pablo de regocijarse en la enfermedad. Los cortadores de madera talan árboles durante el invierno. Entonces se regocijan cuando llegan los brotes de primavera, porque proporcionan la fuerza motriz para barrer los troncos hasta los molinos.

Nuestro estudio de la letra de la ciencia y nuestro esfuerzo por establecer sus verdades en la conciencia corresponden a la tala de árboles. Entonces, a través de la naturaleza apremiante de la aflicción y la enfermedad, nos vemos obligados a buscar el remedio divino, a traducir nuestro entendimiento en demostración, para que se vuelva práctico y establecido.

En la página 254 de Ciencia y Salud, la Sra. Eddy dice que no temamos las poderosas inundaciones y tormentas que encontramos cuando lanzamos nuestra barca sobre las siempre agitadas pero saludables aguas de la verdad, sino la tranquila superficie del error, donde en armonía humana se adormecen en el sueño del estancamiento y la muerte.

Bien entendido, las tormentas que vienen a desbordar las plácidas aguas de la armonía humana, ayudan a barrer nuestro entendimiento por los ríos de la demostración hacia el océano del Amor divino, donde el pensamiento espiritualizado se mezcla y se une con Dios. Por tanto, deberíamos regocijarnos en tales tormentas.