¿Cómo puede ayudarse a sí mismo?

Dios es vida, y la vida está en todas partes, y tú eres vida expresada. Dígase a sí mismo, y hágalo con frecuencia, que usted es el templo del Dios viviente, el lugar de la salud, la fuerza, la libertad, la alegría y la confianza. Dite a ti mismo: “Yo soy el templo del Dios viviente; el Señor está en su santo templo, que este mundo de dolor y angustia se aquiete. Soy Vida eterna en exhibición. Soy el lugar donde la Mente omnisciente está difundiendo coraje, sabiduría, ingenio, claridad de visión y solidez de juicio. Simplemente no tengo capacidad para fallar o enfermar “.

Siempre estás hablando contigo mismo, y la mayor parte del tiempo, si no tienes cuidado, dices lo que no es verdad: cuántos años tienes, cuán inútil eres, cuán desanimado te sientes y cuánto sufres. Cada vez que piensa o declara una de estas falsedades, aumenta el mesmerismo que ya lo está agobiando. No harías que otra persona tuviera ninguna de estas angustias, y seguramente Dios no lo haría. Deja de decirte estas mentiras. Rehúsa pensar o discutir de esta manera, porque cada vez que lo haces, tomas en la mentalidad aquello que trabajará en contra de tu bienestar.

El Creador no ha hecho de este mundo de sueños un mundo de cansancio, enfermedad, depresión; y no te engaña. Su visión es tan clara que puede mirar a través de ella y ver más allá de un mundo de salud y dominio.