Jehova es mi Pastor |

Jehova es mi Pastor

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Las primeras palabras de este Salmo muy querido han confortado y sanado a mucha gente a través de los tiempos. Ellas producen un sentido apacible del amor y del cuidado de Dios que abarca todo. Cuando todas las esperanzas humanas y todos los apoyos humanos han fallado, volverse a Dios con una confianza sencilla ha eliminado lo que parecían ser obstáculos insuperables.

La consolación de conocer que Dios nos ama y que nos escucha, produce una paz sin igual. Como un pastor que cuida y guia su rebaño con ternura, así nuestro Padre-Dios amoroso cuida y guia con ternura a cada uno de nosotros. Una señora que había sido un estudiante de la Ciencia Cristiana por muchos años, y pensaba haber entendido esta religión a fondo, estaba aquejida de una enfermedad seria. Cuando sus propias oraciones no logaron sanar la condición, ella pidió ayuda a un practicista de la Ciencia Cristiana más experimentado. Mientras avanzaba el trabajo, el practicista, reconociendo la necesidad del paciente de paz, y de una confianza sencilla en Dios, dijo: “Sé como un niño pequeño. Toma la mano de Dios y deje que Él te cuide.” Este era un enfoque novedoso para la paciente, quien siempre había pensado que ella debía de hacer algo para ayudar a Dios sanar sus problemas. Mientras trabajaba con el practicista, y estudiaba el libro de texto de la Ciencia Cristiana, ella oraba de todo corazón para volverse más apacible y dejar a Dios gobernar su vida. Poco a poco, cambios maravillosos ocurrían. Los síntomas físicos aminoraban cada vez más, hasta que desaparecían por completo. Pero más milagroso era el cambio mental. Ella se volvió más paciente, apacible y amable. Se dió cuenta de que el problema no era un padecimiento, sino una bendición inmensa que la hacía crecer. Como resultado del crecimiento espiritual, la gente empezaban a llegar a ella buscando ayuda por medio de la oración, y ella encontró que podía compartir las bendiciones que había recibido, y ser testigo de curaciones. De manera que, si usted se enfrenta con un problema que parece ser insuperable, no se desespere. Confìe en el Pastor amoroso: Dios. Persevera en la Verdad, y reclama las bendiciones que llegan a los que verdaderamente esperan en Él.